Se me acaba la idea,
se modera mi entusiasmo.
De ardor estoy lleno
y de soportarlo.
Brota una inmensa llama
que me que me devora
y me abrasa por dentro,
si la eternizas,
si sólo la contemplas...
Si se desencantó mi paciencia
cuando no me fue posible amarte,
no me preguntes por qué.
Quiero decirte amor,
que nada intento reprocharte
en este tránsito de calma,
donde apaciguados nos queremos
cuando ya por fin nos sosegamos.
Es un compendio de nuestro pasado,
de nuestros deseos y mis impulsos
en parte consolados, otros...
cariño, amor, otros contenidos.
El hallarte, quererte y contemplarte,
fue una amenidad precisa,
una ferviente cábala
que malgamó mi corazón errante.
Hoy me veo entre dos ríos,
uno es de arena,
otro es el aroma de tu sangre.
De orilla a orilla me embalsama,
se desparrama el vaho por el aire,
me acaricia la tibia flama y no sé,
no sé en cual de los dos bañarme:
si en la arena de tu playa,
o en la embriagadora bruma de tu sangre.
Se esconde tu caricia entre burbujas,
las que el río en remansos va dejando,
y me cuelgo de los sauces para verte
y me suelto y con tu brisa no me caigo.
Me embalsama el aroma de tu carne,
te busco por la tibia arena, te persigo
al olor de tu cuerpo exuberante.
Cariño, mi amor, quiero hallarte,
quiero tenerte, venerablemente te lo pido.
se modera mi entusiasmo.
De ardor estoy lleno
y de soportarlo.
Brota una inmensa llama
que me que me devora
y me abrasa por dentro,
si la eternizas,
si sólo la contemplas...
Si se desencantó mi paciencia
cuando no me fue posible amarte,
no me preguntes por qué.
Quiero decirte amor,
que nada intento reprocharte
en este tránsito de calma,
donde apaciguados nos queremos
cuando ya por fin nos sosegamos.
Es un compendio de nuestro pasado,
de nuestros deseos y mis impulsos
en parte consolados, otros...
cariño, amor, otros contenidos.
El hallarte, quererte y contemplarte,
fue una amenidad precisa,
una ferviente cábala
que malgamó mi corazón errante.
Hoy me veo entre dos ríos,
uno es de arena,
otro es el aroma de tu sangre.
De orilla a orilla me embalsama,
se desparrama el vaho por el aire,
me acaricia la tibia flama y no sé,
no sé en cual de los dos bañarme:
si en la arena de tu playa,
o en la embriagadora bruma de tu sangre.
Se esconde tu caricia entre burbujas,
las que el río en remansos va dejando,
y me cuelgo de los sauces para verte
y me suelto y con tu brisa no me caigo.
Me embalsama el aroma de tu carne,
te busco por la tibia arena, te persigo
al olor de tu cuerpo exuberante.
Cariño, mi amor, quiero hallarte,
quiero tenerte, venerablemente te lo pido.
Una petición romántica, intensa y casi desesperada al amor para hallar ese su paso que aparece perdido en la inmensidad...
ResponderEliminarPrecioso.
Un beso.
Un bello tierno y romántico verso, espero si tengas ese amor tan deseado.
ResponderEliminarBesos querido poeta que tengas una linda semana.
He pasado por si había nueva publicación ... quedé prendada de los versos tan preciosos que has publicado...asi ¿quién no se enamora?
ResponderEliminarbuenos días
BESOS
Marina
De orilla a orilla anda el amor... enredado entre tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo desde las orillas...hermosos versos
ResponderEliminarun abrazo
Es precioso tu poema.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Besos.
Y buen finde.
Precioso poema Ángel-Isidro, un abrazo.
ResponderEliminarFiquei quase 3 anos sem escrever ou ler qualquer poesia... estou retornando agora e tentando encontrar os blogs que seguia... fiquei imensamente feliz em ter reencontrado o teu, e mais feliz ainda eu fiquei em saber que continuas escrevendo e que tuas palavras estão mais belas do que nunca.
ResponderEliminaré muito bom voltar a ler-te.
Sigo-te novamente. Abraço.
Amiga Samara Oliveira: Gracias por encontrarme de nuevo y seguirme... Un beso grande.
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