Todo me entusiasma.
Todo lo proceso.
Soy desierto de arena,
un mar de trigo inmenso.
Tormenta y piedra visible
que agua hendida releva
cual una cesta de mimbre
convulsa y revuelta se anega.
Cañadas, yermo y sembrados,
praderas al son de luna llena.
Auroras de alba presentida,
desierto de hierba y barro,
ceniza y escarcha encima.
El lucero del alba
con sutileza me guia,
me lleva en volandas
de la noche al día.
Voy botando mi color blondo
y pajizo, de surco a bandas
por el barbecho desamparado.
En circulo anular y redondo,
haciendo tablas, exasperado,
sigo el camino hasta el recodo
y allí, en un ruinoso rincon asolado,
perdido, hecho trizas de tal modo
que, entre zarza y zarza enredado,
con el vuelo vencido, aniquilado
al sol, al sol sin sombra me quedo.
Todo ser vivo, tiene su lugarcito en este mundo y este cardo lo encontró en los terrenos secos del desierto y la vida se abre paso...
ResponderEliminarUn abrazo
Hola amigo, un poema muy hermoso siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo que tengas un hermoso fin de semana querido amigo.
Magnífico...un abrazo de azpeitia
ResponderEliminarMagnifico...un abrazo de azpeitia
ResponderEliminarHola amigo un precioso homenaje al campo preciosos versos
ResponderEliminargracias por verte de nuevo por mi casa es un placer que los amigos no nos olvidemos
un gran abrazo
Al sol sin sombra... me encanta ángel, un bello blog, abrazos del alma
ResponderEliminarY aunque el nombre de cardo lo utilizamos como un apelativo despectivo, no es peor ni mejor que otras plantas, animales o personas. Él nace y está ahí porque la sabia naturaleza así lo quiere, aunque no de mucha sombra; de seguro que algo o alguien podrá aprovechar la suya.
ResponderEliminarUn buen poema Ángel. Te envío un abrazo.... Juan.
Hermoso!
ResponderEliminarUna alegría descubrir tu espacio.
Cariños.
Y en un recodo del camino,
ResponderEliminarEntre los blogs de la red, navegando
Descubro los hermosos versos,
Que sobre la vida del cardo,
Tu alma de poeta nos ha ofrecido.
Gracias, un hermoso poema