jueves, 31 de marzo de 2011

INCANDESCENTE

Un remanso acogedor, una celeste armonía,
es el lecho que compartes con mesurado acierto,
adonde anonadado de esplendor me acerco
y aminoro el paso por tu deslumbrante galería.

Abrazarte sediento de calma preferiría,
y sin embargo, a priori me conciencio,
porque sé que si te toco te destemplo
y me pierdo el ecuador de tu armonía.

Al contemplar la candidez de tal concierto,
donde pierde el compás el alma mía
de extender los brazos me arrepiento.

Tus ondas de calma percibo en silencio,
y que a no ser porque te despierto
hasta la almohada de besos llenaría.



martes, 22 de marzo de 2011

AMOR INVISIBLE

Enmudece el mar, la arena,
el cielo y la mirada.
Con el mensaje de la palabra
para dar sentido a la vida
van buscando la verdad,
capacidad al amor. Palabras,
ecos, voces suenan,
clamando gritan: caridad,
amor, ¡Paz! ¡Vida!...
Nacidos para la vida
y el amor fuimos creados.

Recuerdo...
Tengo un recuerdo que en el
corazón habita si lo descifra
el pensamiento y la alegría lo deprime.
Dime: ¿Quién pone en el cante
pena, la pena que seca el llanto
de los ojos, la pasión y el gesto?

Se abren las venas con la sangre
y de amor el corazón se llena,
van pensando en los que
le comprenden y saben cuanto ama,
los que quieren brindar amor,
amor invisible,
invisible a primera vista.

Es dificil ya una vez
comprometido con la causa
entre llanto, júbilo y alegría,
pero la alegría se va yendo,
desaparece. El dolor indefenso
queda, asumiendo y soportando
la borrascosa brevedad de la vida.

Tu comentario es muy importante para mi.
Gracias por visitarme.


jueves, 10 de marzo de 2011

COMO EL CRISTAL

¡Ay, del amor!
El amor es ingenuamente incauto,
no se apiada de la inocencia.

Caprichosa condición de la vida es el amor.
Con exaltada pasión amamos, nos queremos,
también sufrimos. Una aventurada decisión
es el amor cuando aparece y nos atrapa,
llega, nos lía, rodea, nos envuelve, pasa.
pasa... ¿O tal vez se queda?
Ebrios de goce cerramos los ojos
hasta perder el sentiido.

Qué manejable es la conciencia
en los momentos de entusiasmo
que provoca el encantamiento.

Oh, fuerza, fuerza seductora,
demandada y consentida,
que transita, badea, devoras,
salvas constante y peligrosamente
las redes del destino.

Los jóvenes, los adolescentes,
vosotros los que os enamoráis
corréis el riesgo del desencanto,
en cambio:  los que amamos,
palpitar el corazón, alocadamente oímos.

Queda pues, la herida abierta,
abierta al más pertinaz resentimiento,
el de con pasión haber amado,
haber amado sin ser correspondido,
y amargamente haber llorado
por quien no lo merecía.

Es el desamor en consecuencia;
el amargo sabor del desconsuelo.


(Vuestros comentarios son muy importantes para mi
Mucahas gracias por visitarme).